Liga de España

Así es castigo a Barcelona que aprovechó Bayern para ir por Luis Díaz

Jenny Gámez

07 de julio 2025 , 09:12 p. m.

El club catalán ya perdió fichaje hecho con Nico Williams por la llamada norma 1:1.

Se le han ido cayendo los fichajes uno a uno y, a este paso, va a terminar quedándose con lo que tiene y pasando derecho por el mercado de fichajes de Europa. 

FC Barcelona vive un momento extraño, con récord de ganancias tras sus títulos de LaLiga, Copa del Rey y Supercopa de España, pero con una realidad que puso ene videncia Nico Williams: no tiene manera de garantizarle a nadie que pueda hacerlo jugar en el primer equipo. ¿Por qué? Ahí está el detalle.

¿Qué es el 1:1 que no cumple Barcelona? 

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha explicado que el FC Barcelona no ha cumplido el 1:1 de Fair Play que le permitiría inscribir con total normalidad en este mercado de verano.

¿Y qué es ese ‘juego limpio’? Básicamente evitar que los clubes acumulen deudas que se vuelvan insostenibles e inviables en el futuro al gastar más de lo que ingreso y lo que cuesta su funcionamiento en el día a día.

¿Quién calcula los topes? El espíritu de la norma es obligar a los clubes a invertir en incorporaciones solo lo que ha logrado ingresar o ahorrar en el ejercicio financiero anterior. Por ejemplo, si un equipo libera 10 millones de euros en su masa salarial o factura 10 millones por una venta, podrá utilizar esa misma cantidad para fichar o inscribir a nuevos jugadores. La regla aplica a los clubes que superan los límites en los costos de su plantilla -caso Barcelona- y se calcula año a año por LaLiga sobre una base de ingresos, gastos y deudas.

¿Y por qué no lo cumple Barcelona? Porque no ha podido compensar los 100 millones de euros de la venta de palcos de diciembre pasado pues en abril pasado LaLiga desestimó ese ingreso. Inicialmente el club alegó que, a 31 de diciembre de 2024, cumplía con los requisitos que le permitieron, vía medidas cautelares, la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor, aprovechando además la lesión de Christensen. Pero con ese revés jurídico, de nuevo quedó fuera de los topes y la masa salarial ahora está ‘volada’, según los propios estados financieros del club.

Es verdad que el club ha tratado de aliviar su nómina con la salida de Ansu Fati, cedido a Mónaco, que Clement Lenglet se fue libre al Atlético de Madrid, que pronto saldrían Pablo Torre o Iñaki Peña. Pero no es todavía suficiente para el saldo es insuficiente. Vale aclarar que, en todo caso, el club catalán no puede amortizar el 100 por ciento de todas sus ventas y eso complica más las cuentas.


Bayern Munich pesca en río revuelto

Esa situación financiera hizo que se rompiera el acuerdo total que tenía Barcelona para el fichaje de Nico Williams, su gran prioridad en el actual mercado de fichajes. Ante el riesgo de que no pudieran inscribirlo antes del final de julio, sus agentes exigieron una garantía que los catalanes no podían ofrecer. Por eso renovó con Athletic Bilbao. 

Y esa misma coyuntura afectaría a Luis Díaz, el plan B del equipo, un jugador que el director deportivo, Deco, lleva al menos dos años tratando de imponer, sin éxito. 

Ahí es donde aparece Bayern Munich, que tiene un control total de sus finanzas y un manejo mucho más limpio en materia de topes salariales en la plantilla, lo que le permite entrar sin ninguna dificultad y con dinero contante y sonante al mercado de fichajes para elegir a quien quiera. Y el que quiere sería el colombiano Díaz. 

Tras la grave lesión de Musiala en el Mundial de Clubes 2025, el extremo izquierdo es prioritario a la hora de pensar en fichajes y, con la hoja de vida, el rendimiento de su última temporada, su condición de campeón de Premier League, su polifuncionalidad y su total adaptación al ritmo europeo, el nombre de Lucho encaja a la perfección. 

¿Qué juega en contra? Un mal recuerdo, que es el paso de Sadio Mané, quien fue en ese mismo rango desde Liverpool y resultó una decepción. Pero más que eso, una actualidad compleja tras la trágica muerte de Diogo Jota, pues los querrán minimizar los cambios en la plantilla en medio de una situación emotiva difícil que puede hacer mella en lo deportivo. 

¿Qué resuelve todo? Una oferta que supere los 70 millones de euros. Sobre eso habrá disposición de negociar. Sin eso pasará lo que en el Barcelona: mucho contacto, mucha llamada, mucho guiño y, al final, nada de nada.

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